martes, 5 de julio de 2011

Cambiando hacia la alfabetización académica con Carlino

Entrada bibliográfica
Carlino, P. (2003). Alfabetización académica. un cambio necesario, algunas alternativas posibles. Educere Investigación (20), pp. 409-420.


Revisión 
    La autora da cuenta que, a partir de investigaciones, ha encontrado en los alumnos de enseñanza superior dificultades en la lectura y la escritura, es decir, que existe un problema de alfabetización académica. Este concepto, que se desarrolla alrededor de la década de los noventa, se define como el "conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender en la universidad" (Carlino, 2003, p. 410) y se refiere, también, al proceso de elaboración de textos. 
    Carlino se refiere a cómo este déficit de enseñanza de los esquemas de pensamiento y normas de  verbalizar los conocimientos resulta conflictivo, especialmente porque existe la creencia absurda de que los estudiantes traen consigo ese conocimiento desde la escuela o que se mantenga implícito lo que tiene que aprenderse (Bode, 2001). 
   La autora desarrolla los argumentos de la tradicional falacia que produce entre los profesores la queja de que los alumnos no saben leer y escribir. Las ideas que sostienen esto son que: "la alfabetización es un estado, no un proceso (un conocimiento que se tiene o no se tiene, en vez de un saber en desarrollo" (Carlino, 2003, p.411) y que "el lenguaje académico es una forma externa no involucrada en el contenida que trata" (p.411), por ende, no refleja un modo de reflexionar acerca del mundo.
    Las investigaciones acerca del tema permiten señalar ciertas verdades. Una de estas es que las exigencias del discurso no son homogéneas en las disciplinas, ya que son inseparables de cada campo de estudio y que estas exigencias se aprenden ejercitándolas, es decir, produciendo textos acorde a estas. Otra certeza es que la escritura posee un fuerte potencial epístemico. El desarrollo de este potencial se dará en un buen proceso de composición, en el que se consideren los destinatarios, la intención, etc. (p.412)
    En su texto, Carlino muestra las consecuencias positivas de la implementación de sistemas para alfabetizar a los alumnos en un grupo de universidades canadienses y norteamericanas.  A partir de esto ella enuncia ciertas posibilidades para trasplantar esos sistemas de modo tal que en la universidad se enseñe a pensar dentro de diferentes disciplinas al lograr transmitir los códigos de la cultura escrita de estas. (p.413-4)
 
Foco de lectura
- Concepto de alfabetización académica
- Los problemas de la desalfabetización universitaria
- Idea de que las exigencias discursivas son disciplinares.
 

Valoración
Este artículo posee la virtud de unir la exposición de un problema real, como es la desalfabetización académica, con propuestas y/o ideas concretas para realizar la implementación de un sistema alfabetizador. También, el texto desmitifica la injusta creencia de que los alumnos traen un conocimiento sobre los modos de escritura especializada desde la escuela, pues ni la mas íntegra institución secundaria podrá jamás enseñar las exigencias discursivas de todos los campos de estudio.

Aprendiendo a escribir y acerca de lo que se escribe con Miras

Entrada bibliográfica
Miras, M. (2000). La escritura reflexiva: aprender a escribir y aprender acerca de lo que se escribe.
Infancia y aprendizaje (89), pp. 65-80.


Revisión
 Miras (2000) enuncia que, a partir de la década de los ochenta, el texto escrito ha dejado de ser considerado un producto acabado y se ha transformado en un revelador indirecto del proceso de elaboración del mismo. Esto ha tenido, como señala Camps, un impacto importante tanto en la concepción como en la enseñanza de la escritura. Por esta razón han nacido numerosas etiquetas como escritura epistémica o heurística, escribir para aprender, escritura crítica, etc. La autora  asume que el lenguaje posee una doble función: una interpersonal o transaccional; y otra representativa o ideacional.  Estas características hacen del lenguaje “un instrumento de toma de conciencia y de autorregulación intelectual y, en último término, como instrumento para el desarrollo y la construcción del propio pensamiento (Emig, 1977, Olson, 1977, Applebee, 1984)” (Miras, 2000, p.67). Aunque la función epistémica no es exclusiva del lenguaje verbal, sino también propia de otros sistemas simbólicos, que son instrumentos mediadores entre el aprendizaje y la autorregulación del intelecto, como la composición musical o las matemáticas. Según la visión de Miras, el texto escrito sería el lenguaje reflexivo por excelencia, porque, como Olson y Torrance señalan, permite la revisión de los conceptos Ella hace un distinción entre la escritura mecánica, la que reproduce lo que ya se conoce, y la escritura reflexiva, que trasforma el conocimiento, se propone objetivos que la obligan a buscar nuevos saberes y a dialogar con otros textos ¿qué importancia tiene la escritura reflexiva según la autora? Esta es una herramienta potente para aprender y poder seguir aprendiendo durante la vida. No obstante, su valor principal reside en que “la escritura, y en especial la escritura reflexiva, significa poder” (p.78).
Existe un problema: no todos poseen el conocimiento necesario para manejar textos escritos, cosa que sí ocurre con el lenguaje oral, el que se maneja espontáneamente. El manejo de la escritura requiere ser capaz de usar bien las reglas léxicales y sintácticas, de superar la distancia que se tiene con el destinatario con la recreación de un contexto de interpretación en el mismo texto. 
Aparte del correcto uso de la norma, los otros elementos para hacer de la escritura un medio de “transformar el conocimiento” (Miras, 2000, p.76), que son la orientación hacia un destinatario ideal, la ubicación dentro de un contexto y la decisión acerca de qué contenidos decir, son condiciones que se realizan a nivel cognitivo. Por ende, Miras revisó los modelos cognitivos de Flores y Hayes, y de Bereiter y Scardamalia para ver hasta qué punto los actuales modelos de composición escrita contemplan esta función epistémica que sería propia del lenguaje verbal. Sus conclusiones fueron que “la función epistémica es un objetivo a alcanzar y a desarrollar mas que al mero hecho de ser capaz de escribir con cierto nivel de competencia” (Miras, 2000, p. 74-5), ya que algunos modelos cognitivos de la composición escrita podían ser fruto de un proceso lineal en el que se dice el conocimiento sin mayor reflexión.  Esta situación complica el logro de un conocimiento efectivo mediante la escritura en el contexto escolar, ya que esta sería , según los estudios de Applebee, especialmente del tipo mecánico y reproductivo. El diagnóstico que hace Mariana Miras (2000) es que, aunque existe un gran avance teórico en relación a propuestas sobre la enseñanza y aprendizaje de la escritura reflexiva, hay una escasa articulación de estas con marcos explicativos mas contundentes de su aplicación  en el contexto educativo. Se entiende la escritura como un objetivo en sí mismo y no como un proceso que debe construirse con la participación activa del estudiante.   
Foco de lectura
- Cómo se puede lograr un aprendizaje efectivo: la distinción de la función heurística versus la de reproducción mecanizada en la escritura, tanto a nivel teórico linguístico como cognitivo.


Valoración
El texto de Miras es positivo en el sentido de que relaciona lo que sucede a nivel mental con la adquisición de conocimiento. Su exposición clara y ordenada de argumentos, los que van desde lo más básico a lo más complejo, permite desmitologizar la creencia de que siempre la escritura es un vehículo para aprender. Es interesante la alusión que hace al poder que significa la escritura, pues se atisba que quienes sostienen puestos de poder no son necesariamente personas de alta capacidad reflexiva.

Desmitificando la cultura escrita

Entrada bibliográfica
Olson, D. (1998) Desmitologización de la cultura escrita. En El mundo sobre el papel. (pp. 21-39). Barcelona: Gedisa.
 
Revisión
    Olson (1998) se dedica a desenmascarar ciertos mitos que existen en relación a  la cultura escrita, la que, como expone el autor, se encuentra altamente valorada en nuestra sociedad. Olson explica que esta creeencia propone que existe en la colectividad "un modo selectivo de ver los aocntecimientos que no sólo justifica las ventajas de los letrados, sino que además atribuye los defectos de la sociedad - y del mundo - a los iletrados" (Olson, 1998, p.22). A lo largo de este texto el autor enuncia un conjunto de creencias que sustentan la superioridad de la escritura y fundamenta por qué estas resultan injustificadas.
    La  primera creencia es que "la escritura no es más que el habla 'por escrito'" (p.23). Esta noción es falsa, según Olson, ya que la escritura consistiría un nuevo modo de expresarnos que excluye de la manera en que se enuncia lo dicho y de las intenciones que sí son directamente reflejadas en la oralidad. Por consiguiente, la lectura sería oír a una voz nueva que emerge desde la letra.
   El segundo mito es que la escritura es superior al habla, ya que la primera sería organizada y reflejaría poder, mientras que la segunda es una entidad caótica. La explicación de que "la propia lengua oral es la posesión y herramienta fundamental del intelecto; la escritura, aunque importante, es secundaria" (p.29) ya ha sido, como comenta Olson, trabajada por muchos linguístas, quienes conciben extraña esta idea porque las lenguas orales son estructuras sistemáticas ricas léxica y gramaticalmente (p.28).
   El tercer mito consiste en sostener que el sistema alfabético de escritura posee una superioridad tecnológica. Esta creencia, proveniente de la cultura clásica, hizo que tanto la ciencia como la literatura sea asequible mediante la letra. Algunas objeciones a este postulado radican en que el alfabeto no siempre es la representación de la lengua por excelencia y que existen otros factores que son relevantes en este sentido, como lo ratifican, por ejemplo, las altas tasas de  'niveles de alfabetización' japonesa. (p.29)
   La idea de que la escritura se configura como un órgano de progreso social está ampliamente difundida. El autor revisa las posturas de diversos pensadores quienes sostienen que: no siempre los elevados niveles de alfabetización auguran desarrollo económico (Cipolla, 1969; Graff, 1979); la cultura escrita puede ser un vehículo de liberación tanto como de esclavitud (Lévi-Strauss, 1961); etc.
   La quinta creencia que desenmascara Olson es la escritura como medio de desarrollo cultural y científico, es decir, que esta es enemiga de los mitos y la magia. A esto el autor opone que "no hay vínculos causales directos establecidos entre cultura escrita y desarrollo cultural" (Olson, 1998, p.32), ya que existe la exitosa posibilidad de fomental el desarrollo cultural mediante la oralidad. Esto se refleja en el caso griego.
    El último mito al que alude el autor es que la cultura escrita favorece la adquisición de conocimiento, es decir, de que es el medio cognitivo por excelencia Esto constituiría un un error, ya que no es real que el conocimiento se comunique exclusivamente a través de la escritura. Esto dependería también del habla, así como de otras maneras de representación sígnica como, por ejemplo, el dibujo o los gráficos. Esta creencia puede ser peligrosa debido a que se centra en las habilidades propias de la escritura, como la redacción u ortografía, por sobre "la concientización de los saberes" (p.33).
   A pesar de su análisis acerca de la excesiva importancia que se ha dado a la escritura en nuestra cultura y de los mitos que esto conlleva, Olson advierte que estamos inmersos en una realidad que está regida por la letra. Por ende, recoge las ideas de Lévy-Bruhl de que hay que crear mas teorías que explique bien  el lenguaje, la mente y la cultura (p.34) y comenta de que hay que esperar una teoría de la escritura y de la cognición que conecte el habla y la escritura, contribuya al pensamiento crítico, y que desmitifiquen la idea de que los iletrados no pueden ser educados. (p.38)

Foco de lectura
 -Identificación de los mitos sobre la lectoescritura.
- Reflexión acerca de cómo debería configurarse el aprendizaje y juicio social: eliminando la supremacía de la escritura.

Valoración del texto
El capítulo leído genera en el lector una toma de conciencia acerca del desmedido valor que se le da a la competencia de lectoescritura. Permite vislumbrar que el tema de manejar estas herramientas es muy complejo y que, por ende, que necesita de estudio y de aplicaciones coherentes a este.
Este texto entrega  voces de diversos autores en relación a la crítica de una cultura predominantemente escrita.